Al principio fue Swatch, el revolucionario reloj suizo que conquistó el mundo por asalto. La nueva creación era un reloj colorido, de precio asequible para todos, preciso y de plástico. ¿Plástico? ¿Un reloj suizo de plástico? ¡Sí, absolutamente! Así comenzaron, con un reloj de plástico de muchos colores. Este es el verdadero ADN de Swatch.
En otras palabras, es una cuestión genética. Lo que hace que Swatch sea inconfundible y diferente es el elemento central de su identidad. Es una forma de vida, un código cultural. Es creatividad y color. Y para dejarlo bien claro, nos presentan la nueva Swatch Colour Codes Collection. Su DNA.
La nueva colección se remonta a aus orígenes a través de diez relucientes modelos Gent, cada uno de ellos con una correa de plástico de un color fuerte y una caja y una esfera de plástico del mismo color. Otros diez modelos de la colección Colour Code tienen correas de plástico de colores fuertes con superficie mate, cajas de plástico que hacen juego con las correas y esferas bancas con números e índices de colores.
Y no sólo Swatch propone este tipo de relojes, la verdad es que las últimas tendencias en complementos nos dejan toda una ristra de relojes en intensos colores flúor y neón. Desde las exclusivas creaciones tipo Lego, ideadas por el diseñador francés Jean Charles de Castelbajac, hasta el clásico CASIO G-Shock, que esta temporada se tiñe de todos los colores imaginables hasta el arco-iris propuesto por Diesel. Es curioso que en épocas de crisis siempre se vuelva a los colores chillones en los complementos, las barras de labios, la ropa… ¿Nos dan seguridad? ¿Autoestima? ¿Alegría?

