Hace menos de un mes, caminado por una nueva zona recién urbanizada en Bilbao, escuché divertida los comentarios que mis amigas hacían sobre las nuevas luminarias que han colocado. A algunas les gustaban, a otras les parecía algo extraño, «parecen lámparas de salón» decían… y yo me quedé pensando en lo curioso que es que existan objetos que nunca dejan indiferente a nadie, ni a expertos, ni a las personas que generalmente no se interesan demasiado por estos temas.
Como algunos ya habréis imaginado, estoy hablando de la lámpara de exterior Inout. Un auténtico icono del diseño que, con sus dos metros y quince centímetros de altura, pronto se convirtió en uno de los best-seller dentro de Metalarte, quienes incluyeron este diseño de Ramón Úbeda y Otto Canalda dentro de su catálogo más experimental (Metalab).
El material plástico con el que se fabrica (polietileno rotomoldeado) es impermeable y resistente a los golpes. Debido a que su fabricación es sencilla (se moldea de una sola pieza) permite unos precios de venta muy competitivos. Puede además pigmentarse en masa para conseguir una infinita gama de colores.
Dentro del libro Inout & Friends, Ramón Úbeda recoge a todos los fans de esta lámpara, (Beth Galí, Javier Mariscal, Ingo Maurer, Jaime Hayon…) quienes han colaborado aportando fotografías, dibujos, textos y piropos. Aquí os dejo tres de las opiniones que se pueden encontrar en esta publicación:
Valentina Crocci: «Si pidiéramos a un niño -siempre que haya crecido en nuestro contexto cultural de referencia- que dibujara una lámpara, dibujaría Inout. Este concreto arquetipo formal es, sin duda, una de las razones de su éxito. Es ordinaria en la forma y exótica en las proporciones; tradicional en su función y expresiva en la utilización de los materiales y de la técnica; valiente y humilde al mismo tiempo. Entra formar parte del día a día como una novedad que existe desde siempre».
Fernando Amat: «Soy un pesado defensor de aquella famosa frase de Bob Gill que dice más o menos que una idea no es buena si no somos capaces de explicarla por teléfono. Inout es una de las pocas lámpara que existen que pasaría la prueba».
Anatxu Zabalbescoa: «Inout me gusta porque de verdad es un objeto con doble uso sin que ninguno de los dos entorpezca el otro. Cosa que ocurre casi siempre, en un sofá cama, por ejemplo. Porque es optimista, por su tamaño, material y forma de iluminar. Porque tiene un aire entre familiar y retro que la hace una lámpara con futuro y pasado, aún mejor, ficticio. Casi no se puede pedir más».
Vía: Metalarte & DiarioDESIGN
el tornillo que te falta 