Cemento, cristal y asfalto. Las grandes ciudades se han convertido en monstruos de hormigón en los que la vida, a veces, resulta difícil. En la última edición de La Noche en Blanco, pudimos ver como el Colectivo Luzinterruptus transformó el Real Jardín Botánico de Madrid, reivindicando esta realidad.
La instalación, que constaba de unas 400 bolsas de suero verde, lograba crear una atmósfera agradable y tenue y al actuar sobre las mismas plantas y árboles del jardín, se logró resaltar su fragilidad y delicadeza, pero también la necesidad que tenemos de ellas.
La luz guiaba a los visitantes por el paseo central de los jardines.
Estas fotos de Gustavo Sanabria nos trasladan hasta aquella mágica noche, donde el jardín se lleno de un halo de fantasía que no dejó a nadie indiferente.
Como tiras para lo tuyo eh??? Jeje, es broma, eres una gran ILUMINADA…digo….ILUMINADORA!
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