Eduardo Souto de Moura, discípulo de Álvaro Siza, es el segundo arquitecto portugués (tras el propio Siza, en 1992) que recibe el galardón. Su anuncio estaba previsto para el 11 de abril, pero ayer hubo una filtración que provocó un verdadero ataque de ira en los responsables de la Fundación Hyatt, que atribuye este denominado Nobel de la Arquitectura.
El jurado ha dicho: «A lo largo de tres décadas Eduardo Souto de Moura ha producido un compendio de obras que pertenecen a nuestro tiempo pero que también tienen una fuerte conexión con las tradiciones arquitectónicas. Sus edificios tienen la habilidad única de combinar características aparentemente contradictorias como el poder y la modestia, el atrevimiento y la subliminalidad, el peso de la autoridad pública y una sensación de intimidad».
Se lo merece hace tiempo. Cada una de sus obras es un ejemplo de cordura, de sensibilidad, de humildad; nada ampuloso, ni pomposo, ni frívolo, ni grandilocuente, artefactos baratos que el tiempo juzgará con la severidad que merecen. Tuvo un gran maestro,afortunadamente aun en plena producción, y Eduardo ha seguido su estela con sus propias aportaciones.