Cuando la artista francesa Sandrine Estrade Boulet (1969) camina por las calles de París, ve más allá que el resto de los ciudadanos.
Ella se imagina un mundo lleno de seres que cobran vida bajo la manipulación de sus imágenes.
El entorno urbano nunca fue tan divertido.









Hay gente que tiene imaginación a raudales. Ya me gustaría a mi saber lo que le sugiere la coliflor que se va a comer o el bolso que va a llevar hoy a la calle. Un sinvivir, vamos.
Qué tontería más fácil y divertida!! Imaginación al poder, claro que sí!