Invictus
Más allá de la noche que me envuelve,
negra como un pozo insondable,
doy gracias al Dios que fuere,
por mi alma inconquistable.
Caído en las garras de las circunstancias,
no he gemido ni llorado.
Ante las puñaladas del azar,
si bien he sangrado, jamás me he postrado.
Más allá de este lugar de ira y llantos,
acecha la oscuridad con su horror,
no obtante la amenaza de los años me halla,
y me hallará sin temor.
Ya no importa cuan recto halla sido el camino,
ni cuantos castigos lleve a la espalda:
soy el amo de mi destino,
soy el capitán de mi alma.
William Ernest Henley. (1849–1903)
Texto original en inglés aquí.
Me gustan las dos últimas frases; ahí es nada poder ser «el amo de tu propio destino» y «el capitán de tu propia alma». Ya quisiera yo…