¡Hola tornis, por fin llegamos al viernes! Hemos superado la vuelta al cole con un notable alto (porque algún lloriqueo y suspiro ya ha habido) y lo que apetece ahora es volver este fin de semana al campo o a la playa y alargar un poquito esa sensación de vacaciones.
Así que nos echamos a la calle y en el blog proponemos comer al aire libre en una de estas caravanas tan bonitas.
Seguro que ya os habéis dado cuenta de que estos puestos de comida ambulante están cada vez más de moda y es que la fórmula es infalible: furgonetas vintage exquisitamente restauradas con propuestas gastronómicas súper variadas y de tendencia gourmet.
Desde gintonics o mojitos hasta crepes, sandwiches o zumos,… Todo es válido si se prepara con productos de calidad y cuidando los pequeños detalles.
Yo ya las he visto en algunos eventos como bodas, comuniones o fiestas y me encanta porque logran crear un rincón acogedor donde reunirse a comer, beber y charlar.
Las caravanas vintage que yo conozco mejor son las de La Creperie de Mariöne. Tienen varios modelos que se adaptan al gusto del cliente: así puedes usarla como photocall, como bar ambulante, creperie o tienda de cupcakes, entre otros.
Un elemento importantísimo de su éxito es el cuidado que ponen en todos sus detalles, empezando por el diseño y la decoración de las furgonetas.
Esta con las letras «BAR» retroiluminadas es mi preferida. Creo que si pudiera me compraría una para tenerla aparcada durante todo el año en el jardín de casa…
¡Vaya fiestas íbamos a montar!
Imágenes: Pinterest y La Creperie de Mariöne.