Navegando por ahí, me he topado con un artista madrileño, llamado SpY, que me ha dejado con la boca abierta.

Su trabajo consiste en la reapropiación de elementos urbanos que transforma e instala en la calle.

Toda su producción nace de la observación del entorno urbano, un sentido agudizado por años de experiencia como artista de graffiti.

La cuidadosa atención al contexto de cada pieza y una actitud constructiva y no invasiva caracterizan inconfundiblemente sus actuaciones.

Las obras de SpY son pellizcos de intención que se esconden en una esquina para quien se quiera dejar sorprender.

Cargados a partes iguales de ironía y un humor positivo, aparecen para contagiar una sonrisa, incitar una reflexión y favorecer una conciencia un poco más despierta.

Sus primeras actuaciones se remontan a mediados de los ochenta. Poco después, ya consagrado como referencia en la escena del graffiti, comenzó a trabajar con otras formas de comunicación artística en la calle, como las que vemos en estas imágenes.

A mi también me encanta ir a trabajar en bici, SpY. =)
¡Feliz fin de semana a todos!