¡Buenas tardes! Hoy os enseño un doblete cultural que hice hace unos días en San Sebastián. Primero el centro de cultura contemporánea Tabakalera y después el Museo San Telmo.
Hace tiempo que tenía ganas de dedicar un día tranquilo a disfrutar de los dos espacios y ahora es el mejor momento porque la ciudad celebra que este año es la Capital Europea de la Cultura y hay exposiciones y actos conmemorativos por toda la ciudad.
Pero lo que de verdad me interesaba era ver dos muestras dedicadas a La Escuela Vasca de Arte, con el Grupo Gaur a la cabeza, que me encantaron y que os recomiendo. Precisamente este tema es el que estamos tratando en la exposición actual en la galería y me vino genial para aprender más sobre esta época tan importante en la historia del arte del s. XX.
Bueno, os cuento un poco. La Tabakalera es un lugar emblemático en la ciudad. Se inauguró como fábrica de tabaco en el año 1913, empleó fundamentalmente a mujeres, y se mantuvo activa, siendo un referente social de la ciudad, hasta el año 2003.
Hoy en día el espacio se ha reconfigurado como centro de cultura contemporánea, con una doble vocación: ser un centro de producción, y ofrecer una programación pública de actividades. Así tiene como objetivo principal promover la creación cultural contemporánea en diferentes ámbitos y en todas sus fases (investigación, producción, exhibición) así como generar y compartir conocimiento.
Da la impresión de que todavía está arrancando y algunos espacios están un poco vacíos, pero es interesante de ver, la expo de arte me encantó y la terraza panorámica del último piso te deja sin palabras.
Para visitar el Museo San Telmo tenemos que acercarnos a las faldas del monte Urgull y adentrarnos en un antiguo convento de frailes dominicos, construido a mediados del siglo XVI, ampliado y reformado hace pocos años.
Y os cuento este pequeño dato histórico porque lo que más me gusta de este museo es precisamente ese contraste que encontramos continuamente entre las zonas modernas y las antiguas, como el claustro o la iglesia secularizada. Un contraste que también encontramos entre las salas de arte moderno o abstracto y los espacios reservados a la historia y cultura popular y tradicional vasca.
Estos cambios continuos de escenarios y la variedad tan antagónica de los temas expuestos hacen de este museo uno de los más entretenidos que he visitado últimamente. De hecho, fuimos después de comer, en esa hora de siesta que a veces se hace un poco pesada, pensando que veríamos sólo la exposición del Grupo Gaur (preciosa, por cierto!!!) y terminamos pasando media tarde dentro, saltando de una sala a otra sin mirar el reloj. ¡Una gozada!
Imágenes © Begoña Lumbreras / El tornillo que te falta