Otra vez me siento obligada a hablar sobre los chicos de Luzinterruptus, un colectivo artístico anónimo, que lleva a cabo intervenciones urbanas en espacios públicos, utilizando la luz como materia prima. He de decir que cada vez que sacan un nuevo trabajo me veo tentada a publicarlo, pero tampoco es cuestión de repetirme en exceso…
Pero la idea de volver a hablar de ellos me llevaba rondando la cabeza desde que la semana pasada acudiera a la entrega de premios Lamp Lighting Solutions 2010. Allí aplaudí cuando vi que premiaban su trabajo Injertos Lumínicos Verdes con un accésit.
“El accésit se concede a Luzinterruptus por: Iluminación y biología para una protesta urbana: Para protestar por la falta de espacios públicos verdes; Luzinterruptus tiñó de ese color todo el alumbrado existente en la zona que rodea el parque botánico madrileño. Mínimo gasto, gran juego de luz y causa más allá de la fiesta”, informa la página de la empresa patrocinadora del evento, LAMP.
Pues bien, ahora acabo de comprobar cómo han realizado una nueva intervención. Hace unos días se pudo ver en Madrid cómo 130 platillos volantes aterrizaban en el Templo de Debot, atraídos seguramente por la perspectiva de que se acercan los picnic veraniegos… y allí se quedaron esas pequeñas naves voladoras, esperando el momento adecuado para camuflarse en meriendas campestres y fiestas infantiles…
Para la instalación Ejército de platillos volantes desechables, Luzinterruptus utilizó 260 platos y 130 tazas de usar y tirar y con estos básicos elementos y sus luces, dieron vida a un ejercito de OVNIS verdaderamente poco amenazantes.
Las fotos son de Gustavo Sanabria.
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