¡Buenos días! Comenzamos la semana viendo este pequeño apartamento en la que se mezclan los espacios de vivienda con los de estudio de arte.
Esta residencia de un pintor está fantásticamente aprovechada y aunque el comedor y el salón comparten espacio con la zona de trabajo, los caballetes, lienzos y botes de pinceles no interfieren en ningún momento, sino que al contrario, parecen ser parte de la decoración.
Esta sensación de deshago, a pesar del poco espacio y de la cantidad de aparejos que encontramos, se debe precisamente a la escasez de muebles y objetos decorativos y al empleo del blanco, gris y negro como paleta decorativa.
Una casa humilde, sin grandes derroches ni grandes estancias, pero con tanta luz y fluidez que se convierte en un piso funcional repleto de carácter. ¡Feliz día!
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