Hoy, en Bilbao, está nevando. Algo muy poco común por eso de encontrarnos al nivel del mar, así que cuando esto sucede parece que todos nos volvemos un poco niños otra vez.
Y saltamos de la cama sin esos «cinco minutitos más», y desayunamos con la cara pegada al cristal pensando, ¡Ojalá que cuaje! mientras hacemos la misma foto una y otra vez, con el móvil.
Y apetece salir a la calle y ver cada esquina de la ciudad teñida de blanco y apetece quedarse en casa, con calcetines gorditos y mantas de invierno, leyendo y bebiendo café caliente.
Me gusta cuando pasan cosas que nos despiertan de la rutina, que nos hacen disfrutar de las pequeñas cosas, me gusta cuando la gente sonríe un miércoles a primera hora de la mañana y los niños caminan con los ojos muy muy abiertos. Me gusta ir a trabajar y ver un muñeco de nieve sobre una bandeja de bar, con ojos de zanahoria y nariz de limón.
¡Feliz día tornis, con o sin nieve! (Imágenes © Begoña Lumbreras.)
el muñeco de nieve es brutal!!!! :)
¡¡Sí, es súper majo!! ;)