Hoy viajamos hasta Madrid para visitar la vivienda de una familia de origen parisino: ella es paisajista, él vinicultor y ambos tienen tres hijos, una pequeña y dos adolescentes.
La vivienda, que data de los años 30, se distribuye en tres plantas: la inferior: con el comedor, el salón y la cocina; la superior, para los dormitorios de los jóvenes y el ático, ideado para el matrimonio, aunque según cuentan siempre está colonizado por toda la familia.
Una de las primeras cosas que llaman la atención, solo ver las imágenes, son los suelos, que se cubrieron con maderas recuperadas de antiguas barricas de roble, como homenaje a la profesión de él.
En la decoración prima la calidez y la sencillez. El mobiliario francés vintage de herencia familiar pone una nota sofisticada. Destacan, sin duda, el escritorio y las sillas de Jean Prouvé y las sillas Beaubourg del comedor, diseñadas por Richard Rogers y Renzo Piano.
La cocina está abierta al salón y al comedor pero con la posibilidad de cerrarla con una corredera que hace las veces de pizarra.
Por último, nos detenemos en el espectacular jardín. Uno de los requisitos fundamentales cuando se proyectó la casa fue que la planta baja se abriera al exterior, para que se bañara de la luz natural.
Esta luz procede de un sorprendente y atractivo patio presidido por un frondoso jardín vertical proyectado por el botánico Patrick Blanc. Este muro vegetal está formado por 90 especies distintas, en unos 15 m2, que recogen el agua y la precipitan sobre un estanque lleno de percas.
Vía: AD. Imágenes © Manolo Yllera.
Ya le tenía echado el ojo para un futuro post. Es muy luminosa, cálida..con personalidad y mucha madera como a mí me gustan.
Menos lo de los baños integrados en los cuartos (puaj, estos franceses … ;) ) el resto está chupi. La foto gigante de la pastora con las ovejas me flipa.