Ha vuelto el invierno a instalarse entre nosotros, y a mí me ha encontrado con la cabeza perdida, soñando con el calor, con cielos azules, con campos de olivos, verbenas y encinas, con piscinas donde refrescarse del sol que acompaña hasta bien entrada la tarde. Soñando con un lugar como este…
Una finca que se encuentra en Extremadura, en una dehesa que tiene un pequeño cortijo del siglo XVII reformado, con fachadas en blanco cal y con una antigua casa de pastores convertida en un pabellón para la piscina.
Ahora es cuando os digo que esta maravillosa finca pertenece a la modelo Eugenia Silva.
Ella se la compró a sus abuelos paternos en 2001, como una inversión sentimental, para que la propiedad no saliese de la familia, y hace pocos años decidió rehabilitarla.
El proyecto arquitectónico lo firma José María Silva, hermano de la modelo, y sus compañeros del estudio SPH Lab, Diego Palomares y Fernando Hernández Gil.
Del interiorismo se ha encargado el diseñador Luis Galliussi. «El resultado es una casa de pueblo en clave moderna, en la que hay color, pero fluye con tal suavidad que apenas se percibe»
El paisajismo es de Ana Martínez Pereira, que «ha plantado un jardín espontáneo cuya frontera se pierde en los bordes del campo.»
Podéis ver el proyecto entero entrando en este enlace. ¡Que tengáis un feliz sábado tornis! (Llueva o haga sol, que al final eso es lo de menos.)
Vía: AD Architectural Digest. Imágenes © Ricardo Labougle.