Aunque me cueste creerlo, todavía nos queda verano, al menos a efectos de calendario, y yo lo quiero terminar disfrutando en esta casa en Ibiza. ¿Os imagináis?
Es tan alegre y atractiva por dentro como por fuera, y la verdad es que no podía ser de otra manera, teniendo en cuenta que sus propietarios son la diseñadora de alfombras Nani Marquina y el fotógrafo de interiores Albert Font. ¡Dos pesos pesados cuyo trabajo admiro mucho!
En su estado original, la casa era una païssa ibicenca totalmente en ruinas, sin agua, ni luz, que llevaba 40 años abandonada. Encargaron el proyecto a los arquitectos Martínez Lapeña y Elías Torres con una consigna muy precisa: respetar su autenticidad.
Lo más difícil del proyecto fue conservar la estructura del edificio, así como la búsqueda de materiales y acabados que debían de ser imperfectos y rugosos, como los de la casa payesa primitiva.
Aprovechando la vegetación el y el buen clima, se decidió potenciar el porche como lugar principal de reunión familiar. En el interior encontramos una sala de estar alargada, las habitaciones centrales con desnivel, la cocina y una despensa.
Nani influyó en la decoración aportando objetos y artesanías de todo el mundo. “Cuando viajo soy una viciosa de las compras. Me llevo todo lo que me parece curioso, desde una escoba hasta cestas, sombreros, bandejas…”.
Vía: Revista AD. Imágenes © Albert Font.