¡Buenas noches! Hoy quiero enseñaros uno de mis descubrimientos de este verano, el precioso pueblo gallego de Tui. Situado a 35 kilómetros de Vigo, este pequeño municipio sorprende por sus construcciones medievales y sus calles empedradas. ¡Sin duda no es de extrañar la buena fama que le precede!
Visitarlo fue una decisión improvisada tomada a primera hora de la mañana, con el café en una mano y el mapa en la otra, y la verdad es que fue todo un acierto decidir desviarnos de nuestra ruta inicial, dejando la costa atrás por unas horas.
En general todo el pueblo está muy bien conservado, pero algunas de las casas mantienen una decadencia que me atrajo de manera especial. Esa pátina, esos azulejos desconchados y las piedras cubiertas de vegetación hablándonos del paso del tiempo… No podía parar de hacer fotografías aquí y allá. Simplemente, me encantó.
Además, Tui tiene una particularidad muy especial y es que si caminas por sus calles estrechas y empinadas terminas llegando a la bonita y verde orilla del río Miño. Una frontera natural que divide España de Portugal y cuyos pueblos fronterizos (Tui y Valença do Minho) se unen en declarada hermandad por dos puentes, uno de ellos conocido como el Puente Internacional de Tuy.
Además de todos estos pequeños rincones que os enseño, Tui guarda importantes monumentos como la imponente Catedral de Santa María de Tui, el Convento e Iglesia de las Clarisas, o los Jardines de Troncoso, entre otros. ¡Pero todo eso, si os parece, os lo dejo descubrir a vosotros! ¡Hasta mañana!
Imágenes © Begoña Lumbreras | El tornillo que te falta.