
Una vez que entras en la web de Ábaton, ya no puedes salir, hasta que has cotilleado hasta la última imagen del último proyecto. Arquitectura e interiorismo del bueno, del que te engancha y del que te hace soñar con cómo harías la casa de tus sueños, si pudieras permitírtelo.


La semana pasada publiqué este ático de formas redondeadas, proyecto de este estudio, y hoy inauguro la semana con esta espectacular casa de campo de 322m2 y un terreno de una superficie total de 2 hectáreas.



Enclavada en un privilegiado entorno de la provincia de Cáceres, el objetivo era transformar un establo abandonado en una vivienda familiar mediante la rehabilitación integral, coherente y respetuosa con el entorno. Este trabajo pretende mostrarse como una no intervención en el territorio y reconoce la preexistencia como una sabia posición del ser humano en la naturaleza.



Tras analizar las tipologías del entorno, la orientación –sur- la posición de la edificación -al abrigo de la sierra de Gredos– se reconoce en esta arquitectura rural una pieza mucho más inteligente de lo que a simple vista pueda parecer. Es por esto, y por la bella naturaleza en la que se ubica, que la intervención repite la volumetría y los materiales existentes.



Se construye un gran espacio central para el salón y la cocina, alrededor del cual se ordenan las distintas piezas destinadas a habitaciones. Se trabajan materiales básicos: agua, hierro, cemento y la piedra existente; se aligera el interior sustituyendo los muros de carga por ligeros pilares metálicos. En el patio se construye una fuente donde, de manera natural, brota el agua de una roca contribuyendo a refrescar la vivienda en los meses más cálidos.


El espacio central se abre completamente norte-sur para potenciar las vistas al valle y la sensación de vivir en el exterior. Aunque de manera natural la vivienda es térmicamente estable, se solucionaron los problemas derivados de la falta de suministros de electricidad y agua corriente mediante los sistemas de sostenibilidad que ÁBATON aplica a todos sus proyectos: se diseñó un sistema de paneles solares con acumuladores que permite el suministro de energía en verano; se instalaron turbinas que aprovechan el cauce de dos arroyos que pasan por la finca y que nutren de corriente eléctrica a los acumuladores en invierno.



Una de las terrazas de cultivo se convierte en alberca, piscina natural por la que corre el agua de manera constante y que sirve de riego para los pastos. Ningún interior se priva de las vistas del bello lugar en el que se ubica.

Materiales: Muros de mampuesto de granito. Cubiertas inclinadas con estructuras metálicas y tensores de acero revestidos en madera de pino y teja cerámica reciclada. Carpintería de madera de DM lacado en blanco. Calefacción por suelo radiante. Carpintería de aluminio lacada y hierro. Revestimiento en baños con morteros hidrófugos y pilas de granito recicladas.

Texto: Memoria de Ábaton Arquitectura. Imágenes © Belén Imaz. Vía: Plataforma Arquitectura.