¡Buenos días! Hoy quiero enseñaros una vivienda situada en el precioso pueblo de Pals, en el Baix Empordà, en Girona. De aspecto rural pero con todas las comodidades y avances de nuestro tiempo, es el lugar perfecto para escapar de la ciudad y refugiarse una temporada en busca de tranquilidad, naturaleza y descanso.
La casona, que data de 1900, fue un granero y un almacén, y ahora se ha reconvertido en esta vivienda con encanto gracias a la respetuosa reforma que ha realizado la arquitecta Glòria Duran Torrellas.
La vivienda, de 206 metros cuadrados y dos plantas, cuenta con tres dormitorios, tres baños, una terraza y una pequeña piscina.
En cuanto al proyecto, una de las premisas de la reforma ha sido respetar la estructura del edificio, convirtiéndola en protagonista del diseño, dejándola a la vista. De hecho, «para dotar a la vivienda de un espacio exterior se creó una terraza vaciando la cubierta, pero manteniendo las vigas de madera y la fachada principal de la casa, de manera que no se alterara la geometría de la edificación desde la calle«, se explica en la memoria.
Además, todo ha sido proyectado con criterios de sostenibilidad: «cubiertas y suelos aislados térmicamente, ventanas y balconeras nuevas con rotura de puente térmico y doble acristalamiento bajo emisivo, placas solares para calentar el agua, e iluminación Led en toda de la casa.»
El resultado me encanta, creo que es un proyecto con cabeza y corazón que pone los dientes muy largos… ¡Quién la pillara, aunque sea para unos días!
Imágenes © Miquel Coll. Vía: AD Architectural Digest.
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