Como sabéis, ayer publiqué una entrada sobre los días grises y con ella vino a mi memoria una conversación que tuve hace poco con una persona cercana a mi (sería demasiado largo explicaros de quién se trata) acerca de si en la vida todo es blanco o negro o si, por el contrario, existen matices, es decir, los grises.
(Inciso: lo sé, estos últimos meses el tornillo que te falta está divagando más de lo que os tengo acostumbrados… Espero que no salgáis todos corriendo en estampida…)
Pero es que el tema de los colores me tiene atrapada. Como diseñadora, el gris, en todas sus tonalidades, ha sido uno de los colores que más he empleado y más he buscado como inspiración o referencia. El gris es elegante, es calmado, no le acompañan grandes pretensiones ni busca destacar sobre el resto.
Como galerista convivo con el gris cada día… Un dibujo hecho a lápiz, un grabado o una litografía, un óleo en tonos oscuros, una fotografía en blanco y negro… Los grises aparecen en todas partes.
Pero y en la vida… ¿Existe el gris como yo acostumbraba a pensar, o todo es blanco o negro? ¿Existen matices o todo debe de ser si o no, aquí o allí, ahora o nunca, contigo o sin ti? ¿Hay que ser drástico en las decisiones siempre, o hay que saber buscar un equilibrio entre ambos polos?
Y vosotros… ¿Qué pensáis? Yo sigo dándole vueltas…
Imágenes vía Pinterest