Hoy, en el blog, nos ponemos guapos para recibir al fin de semana como es debido. Para ello hemos decidido acercarnos a Malayerba, una barbería abigarrada, con mucho encanto y personalidad, en el corazón del barrio madrileño de Malasaña.
Malayerba, que se escribe con «y», como se hacía en tiempos de Galdós, es un homenaje a la historia de la Plaza Dos de Mayo, y un guiño al pelo que crece deprisa como la mala hierba y que hay que cortar.
«Malayerba retoma la tradición de las antiguas barberías de los años 50, donde los hombres no solo iban a cortarse el pelo y afeitarse, sino también a debatir sobre lo divino y lo humano. El barbero era la figura central de estos puntos de encuentro, un caballero, un confidente, un orador y sobre todo, un profesional cuidadoso que sabía tratar el pelo como debe ser: con oficio y esmero.»
El proyecto está firmado por el popular interiorista Guille García-Hoz: “No querían un local de moda, pretendían ser fieles, recrear el estilo de los años 30”.
Sillones y armarios de barberías francesas y españolas de los años 30, mostradores originales, lavacabezas de latón y porcelana de Talavera, sillones de rejilla sexagenarios y objetos vintage, nos trasladan a los salones para caballeros de aquella época, con un aire cinematográfico y un look entre vintage e industrial inspirado en las barberías de principios de siglo de Nueva York.
Además, Olivia Soaps se ha encargado del desarrollo de una línea propia de productos artesanales para el cuidado del cabello y de la barba con materias primas de origen 100% ecológico, con nombres tan sugerentes como: Cera para Bigote y Barba Monteleón, y el Elixir para Barba Daoíz.
Vía: AD Architectural Digest.