¡Buenos días! Hoy viajamos a Dinamarca para conocer una vivienda unifamiliar recién reformada, en una casa prefabricada de 1956.
La vivienda, de 170 metros cuadrados, distribuidos en una única planta, tiene una fantástica parcela ajardinada de más de 900 metros cuadrados.
Precisamente esa fue la principal característica que les conquistó a esta familia a la hora de mudarse: poder dar a sus hijos pequeños un espacio exterior familiar donde jugar y crecer.
Como el presupuesto se quedó muy limitado, han sido ellos mismos quienes se han hecho cargo de acometer la reforma: Cecilia Brøgger que es diseñadora de joyas y su marido Jesper Dahlgaard, un comercial que ha resultado ser un auténtico manitas.
La vivienda es un espacioso contenedor blanco, con techos ligeramente abuhardillados y grandes ventanales que inundan todas las estancias de luz natural.
En cuanto al mobiliario, la pareja combina con mucho acierto piezas de los Eames o de Louis Poulsen, entre otros, con mobiliario de Ikea y otras firmas similares.
La alegría y el color lo aportan las obras de arte y los objetos personales.
En definitiva, una vivienda ideada para compartirla en familia, con un ambiente que transmite sosiego y alegría en cada rincón. ¡Feliz día!
Images © Christine Kayser Onsgaard. Via BoligLiv.
Adoro la blancura , pero en casa sólo tengo piso blanco en la cocina y no hay vez que no me pregunte cómo se le ocurrió al arquitecto del edificio ponerlo de ese color? No dura 5 minutos limpio aunque nos cambiemos el calzado inmediatamente después de entrar de la calle . En cuanto a los muebles y paredes , también tengo predominio de blanco y la verdad es que hay que limpiar todos los días para que se vea bien . Vivo en un 7mo piso en la ciudad de Buenos Aires y , no digo que no haya que hacerlo si las cosas son de un color más sufrido pero , el blanco no da tregua.
Decididamente , mi próxima casa tendrá menos blanco .
Me encantó el piso de madera de esta vivienda !!!
Gracias por tu publicación de cada día !!!!!!
No sabes cómo te entiendo Diana, yo también vivo en un séptimo, en una casa donde predomina el blanco y como bien dices la limpieza «no da tregua». Supongo que es el precio que hay que pagar por tener una casa tan luminosa, porque es verdad que en otras viviendas más oscuras no notaba tanto el tema de la limpieza.