
En esta tercera entrega sobre mi fin de semana en Barcelona os enseñaré algunos temas relacionados con la gastronomía, siempre desde un punto de vista del diseño, como acostumbramos en este blog.

Uno de los sitios que tenía apuntado en mi lista de imprescindibles visitar era la chocolatería Chök. Lo tenía en mente desde que le dediqué una entrada en octubre y la verdad es que me encantó.

La tienda era una antigua chocolatería modernista. El proyecto de reforma, a cargo de Intsight, es actual y acogedor y conserva, con mucho acierto, muchos de los detalles históricos del edificio y del antiguo establecimiento. Del diseño de marca se ha encargado espluga+associates.

En cuanto al producto, probamos dos de sus famosos chök, después de marearle un rato al simpático y amable chico de la foto. Conclusión: estaban muy muy ricos.

Seguimos la ruta de los dulces para llegar a la tienda de caramelos artesanales Papabubble, de la que también os hablé hace tiempo aquí y aquí. En mi casa triunfan y siempre es una gozada verles trabajar el caramelo en directo, así que me pasé por allí para comprar unas bolsitas para la familia y también para recordar viejos tiempos, ya que la tienda está al lado de la antigua escuela Elisava.

Los olores son capaces de catapultarnos en el tiempo y en este caso el olor a caramelo se percibe mucho antes de cruzar las puertas de Papabubble… Para mí, pasear por la calle Ample no es lo mismo cuando la tienda está cerrada.

Y seguimos para pasar del dulce al salado. Como en aquella película en la que la protagonista se empeñaba en empezar por el postre en vez de dejarlo para el final…

Y nos detenemos en el restaurante Kilo, otro de esos sitios que conocía a través de esta entrada que hice en este blog pero que nunca había probado.

El diseño gráfico es de Mr. Wonderful y la verdad es que es fresco y divertido. El restaurante, que no es muy grande, es muy acogedor y la comida me pareció de diez.

Otro descubrimiento que hice, esta vez paseando sin rumbo, fue el Concept Store + Café Restaurante de Jaime Beriestain.

Por lo que he podido averiguar, él es un interiorista chileno que vive desde hace años en Barcelona.


Pues bien, imaginaros una tienda inmensa de muebles vintage restaurados, flores naturales, gadgets de cocina cuidadosamente seleccionados, velas, textiles, fragancias, una selección de su colección personal de arte,… ¿Suena bien no? Pues ahora añádele también un café y restaurante en el que sirven desde menús de desayuno hasta un arroz con alcachofas y cigalas. Una pasada.


Bueno y por hoy ya es suficiente. Mañana publicaré la última entrega de esta saga sobre mi última escapada a Barcelona. Me he guardado lo mejor para el final, así que mañana todos atentos porque habrá tornillos para dar y regalar. Pero antes… ¡No podía irme sin regalaros un cacaolat fresquito para todos! ¡Buenas noches!

Imágenes © Begoña Lumbreras