En el centro de Ámsterdam, entre las bulliciosas «Nine Streets» y con vistas a los canales, encontramos una pequeña tienda en esquina, de 23m².
La ubicación es idílica, pero lo que la mayoría desconoce es que detrás de estos majestuosos edificios se esconden enormes jardines interiores, a veces más grandes incluso que las propias casas. Un lujo en pleno centro de la ciudad, del que sólo algunos privilegiados pueden disfrutar.
Así surgió la idea de proyecto que Standard Studio utilizó cuando recibió el encargo de diseñar el segundo establecimiento que la marca de zumos naturales The Cold Pressed Juicery abría en la ciudad. Si la gente no podía acceder a los patios interiores, debía sacar un pedazo de jardín al exterior.
Así, el elemento protagonista del diseño es un árbol vivo, situado en el centro de la tienda, que convierte el espacio en un pequeño retiro urbano donde relajarse, dentro del ritmo agitado de la ciudad.
El árbol es un símbolo de la naturaleza y una referencia a los ingredientes frescos utilizados a diario para producir los zumos. Para conservarlo con vida, los arquitectos han creado un gran cubo con suelo fértil en el sótano, al que además han incorporado un sistema de regadío.
Algunas de las paredes se han cubierto con espejos, para aumentar la sensación de amplitud, otras se han pintado de rosa y se han combinado con el mobiliario diseñado a medida, mediante listones de madera y planchas de acero pintadas en negro y rosa, formando un ritmo a partir de diagonales que recorren todo el espacio. ¡Qué maravilla!
Proyecto: Studio Standard. Imágenes © Wouter van der Sar.