Vamos a ver, esto no sé si solo me pasa a mí o si es algo común entre todos vosotros. Me explico. Cada cierto tiempo, a veces más, a veces menos, me cruzo con algún objeto que en cuanto lo veo sé que no voy a poder parar hasta conseguirlo. ¿Os ha pasado alguna vez?

Yo reconozco que suelo tener una relación de atracción fatal con los objetos, no sé si será deformación profesional, consumismo irracional o estupidez humana, quiero pensar que lo primero, pero la verdad es que me suelo enamorar de las cosas, es así, lo reconozco, suena loco pero disfruto rodeándome de cosas bonitas.

Por ejemplo, ahora mismo tengo tres cafeteras en casa, sólo una funciona en la placa de inducción, pero las otras dos son dos piezas tan espectaculares que no puedo deshacerme de ellas. Por el momento me basta con disfrutar contemplándolas hasta que tenga una cocina donde poder usarlas.

En mi defensa diré que mi casa tampoco es como el camarote de los hermanos Marx. Es verdad que a veces compro objetos que a priori no son muy útiles, pero siempre hay algún motivo estético o sentimental detrás. Y por lo general me agobia el desorden y las casas que acumulan mucho trasto, así que intento ser realmente selectiva. Además que tampoco soy Rockefeller que digamos, ese es otro punto importante claro.

Y si flojeo, por suerte, tengo a mi pareja, que con su razonamiento alemán sabe hacerme entender que una cuarta cafetera desde luego no es una buena idea. (Aunque sea esa taaaaaan bonita que me tienta cada mañana desde el escaparate de Belaza Gallery…)

¿Doctor, creé usted que es grave? ¿Terminaré convirtiéndome en la loca de las cafeteras?

Otro de esos objetos que ya ha pasado a formar parte de mi lista de deseos es esta hucha de cerámica y madera, llamada dos pavos. Ahora intentamos recopilar monedas y las guardamos en una lata vieja, que también tiene su encanto… Pero estoy segura de que con esta hucha la motivación sería mucho mayor, por eso de ir viendo cómo por el peso de las monedas de dos pavos ;) la hucha va cambiando de altura, indicando el dinero que hay ahorrado dentro.

Es un diseño súper chulo del estudio valenciano Mr. Simon.